Maternidad y paternidad: La deuda del sistema penitenciario
La Ley Nacional de Ejecución de las
Penas (LNEP) establece que, las mujeres deben cumplir sus penas en centros penitenciarios
diferentes al de los hombres, esto a fin proteger la salud y dignidad de la
mujer frente a la posible violencia de género. Sin embargo, dicho precepto
legal, se contrapone a los derechos de niños y niñas de un sano desarrollo
integral, así como a vivir en familia. Una situación que representa un reto
para el sistema penitenciario, y retrata las diversas realidades a las que madres,
padres, hijas e hijos se enfrentan.
Hasta 2019, en México, los niños y niñas
representaban el 31.4 por ciento de la población del cual, aproximadamente, el 0.4
por ciento se encontraba en centros penitenciarios. Un porcentaje que se
traduce en cerca de 400 niños y niñas viviendo en las cárceles del país. No
obstante, la maternidad y paternidad de las personas privadas de su libertad es
muy diferente, pues la LNEP solo contempla el derecho de las mujeres a ser
madres, pero no así el de los hombres a ser padres.
Al respecto, la organización Reinserta,
realizó en 2019 un estudio sobre las condiciones en la que mujeres y hombres
viven su maternidad y paternidad. A partir del análisis realizado sobre el
contexto social, perfil delictivo y servicios que ofrecen los centros penitenciarios,
se puede obtener una idea general del entorno en el que cientos de niños y
niñas viven sus primeros años, además de las herramientas con las que madres y
padres cuentan para la crianza de sus hijos e hijas.
Ciertamente, existen múltiples
contrastes entre la participación de padres y madres, sin embargo, el margen
entre ambos se hace aún mayor a partir de su ingreso en prisión pues, mientras
las mujeres cuentan con derechos establecidos para fomentar su maternidad, las
leyes nacionales se han olvidado de la paternidad. En el caso de los hombres
con hijos e hijas, el trabajo en los centros de reinserción se ha convertido en
su única manera de ejercer como padres. Se estima que más del 80 por ciento de
los padres reclusos laboran, sobre todo en trabajos artesanales. Asimismo, la mayoría
de estos prefiere recibir su pago en efectivo, dividiendo sus ingresos entre
sus propias necesidades y la manutención de sus hijos e hijas.
En cuanto a la maternidad, existen diversos
aspectos a considerar. Por lo que respecta al embarazo, no todas las mujeres tienen
la posibilidad de dar a luz en un centro médico o alimentar a sus bebés con
leche materna. Además, la ineficacia del sistema penitenciario para tratar la
maternidad, se ve agravada cuando alrededor del 60 por ciento de las mujeres consiguen
alimentos para sus hijos e hijas por medio de sus familiares, al no ser
satisfechas por los centros de reinserción. Otro dato alarmante, y que afecta
gravemente la salud tanto de la madre como del nacido, es el consumo de drogas,
lo que aunado a una mala e inconstante atención médica, eleva el riesgo de los
embarazos en prisión.
Sobre al desarrollo de niños y niñas en las
cárceles, una considerable mayoría cuenta con acceso a actividades educativas,
deportivas y culturales. Sin embargo, muchas madres han tenido que separarse de
sus hijos e hijas por diferentes motivos, siendo los dos principales por
órdenes del centro penitenciario o por un tema de salud. En contraste, el 82
por ciento de las mujeres considera que sus hijos e hijas se encuentran en
mayor riesgo estando fuera que con ellas, lo cual responde al contexto del cual
provienen. Al respecto, se estima que un 65 por ciento de las mujeres en
prisión cuentan con un hermano o pareja con historial delictivo, dejando a las
abuelas y tías la responsabilidad de los niños y niñas con madres reclusas.
En definitiva, son muchos los factores que participan en la paternidad, pero sobre todo en la maternidad de las personas sentenciadas a prisión. Aspectos que distorsionan el derecho de los niños, niñas y adolescentes a un desarrollo sano, creciendo en condiciones que no satisfacen sus necesidades y propician una mala relación con sus madres y padres. Hablamos de hombres y mujeres que, si bien pudieron cometer un acto delictivo (tomando en cuenta los errores del Poder Judicial), aquello de ninguna manera debe servir para justificar las escasas, y en ocasiones malas oportunidades para disfrutar y cumplir con su maternidad y paternidad.
Reinserta A.C. (2019). Diagnóstico de maternidad y paternidad en prisión. Recuperado del sitio de Internet de Reinserta Un Mexicano A.C
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